Aquí tienes algunos consejos para preparar tu armario para la nueva temporada.
Te recomendamos que, cuando te vayas a poner con ello, te vistas con ropa cómoda, empieces recogiendo la habitación, te pongas una playlist que te guste y planees qué harás en los descansos para recompensarte: un café, un té... una cervecita....
1. Saca toda la ropa del armario y haz 4 montones:
- La intemporal, que vas a volver a colocar
- La de abrigo, que vas a guardar
- La que no uses (para vender o regalar)
- Y la que te haga dudar (de la que hablaremos en otro momento).
2. Ahora que está todo fuera, aprovecha para limpiar a fondo el armario y las baldas.También puedes colocar saquitos con plantas aromáticas o pastillas de jabón en los cajones para aromatizar el armario.
3. Sobre la ropa que te haga dudar, aplica esta regla: si no te la has puesto en los últimos 6 meses, regálala o véndela. Con las prendas a las que le tienes mucho apego, puedes probar a guardarlas un tiempo fuera del alcance de tu vista y si definitivamente no las echas de menos, las eliminas en el siguiente cambio de armario.
4. Guarda las prendas de abrigo en otro armario o bien en cajas de tela o bolsas (que podrás guardalas en altillos, bajo la cama…). Si no son transparentes, anota fuera el contenido.
5. Vuelve a colocar la ropa que te vas a quedar y la que hayas recuperado para esta temporada, en el armario, clasificándola por tipo de prenda (faldas, jerséis, camisas…) y si es posible por ocasión (sport, arreglar), estilo o colores.
6. Coloca los pantalones en perchas o doblados. Las faldas y vestidos en perchas, pero siempre de manera que las prendas mas largas queden libres para que los bajos no se arruguen y las más cortas sobre las cajoneras.
7. Coloca los pañuelos doblados en cajas o colgados en perchas de manera que puedas tenerlos todos a la vista
8. Coloca las camisetas dobladas en los cajones o cajas. Si las doblas de manera vertical, conseguirás que todas queden la vista y conservarás más tiempo el orden
9. En cuanto a los bolsos, elige una balda situada en un lugar cómodo para acceder a ellos y colócalos como si fueran libros, de pie o en un zapatero colgante. Los que uses de manera ocasional mejor consérvalos en una bolsa de tela o una caja transparente como las de los zapatos, para que no cojan polvo.